Seguramente todos nos hayamos visto alguna vez entre, lo que se puede decir, la espada y la pared.
En una situación en que para hacer lo correcto, tenemos que hacer algo que en el fondo no queremos, ya que daña a alguien importante para nosotros, pero que si a la vez no lo hacemos, igualmente alguien sale perjudicado. En esa situación, lo lógico, es hacer lo correcto; por mucho que nos duela.
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