Hace dos días, aprendí a montar en bici... Sí, a mis quince años, quién me lo iba a decir....

Cuando lo conseguí me sentí plenamente feliz. La sensación que tuve, de porfin haber conseguido algo, por mí misma... sin la ayuda de nadie, es algo que no se puede explicar...

Pero, a lo que de verdad me quiero referir con esto, es que nunca es tarde para conseguir algo.

No debemos tirar la toalla, jamás, porque como se suele decir, mejor tarde que nunca. Así que si de verdad hay algo que qieras conseguir, algo que de verdad ansíes con todas tus fueras, lucha por ello. 

Que sí, que vale, que no sé lo que quiero, que ya, que lo sé... Qué un día me verás riendo y pensando en él, y otro día no haré otra cosa que comerme la cabeza... ¿Pero sabes qué? Que así soy yo, y así somos nosotros... que un día nos queremos como nunca y otro no nos podemos mirar a la cara.
Pero me da igual. Me gusta, porque en el fondo en eso consistimos, en querernos y odiarnos, porque cada vez que me haces daño me demuestras que te importo.
Sí, cualquier persona pensará que estamos locos... ¿Y qué si lo estamos? Somos dos locos... que se quieren con locura.

Lo sabía...

Recuerdo el momento justo en el que me di cuenta de lo importante que ibas a ser en mi vida.

Te miré a los ojos, y tuve claro que el destino había juntado nuestros nombres por algo. Te quise, me quisiste y nos quisimos... Pero como los dos idiotas que éramos y que jamás dejaremos de ser lo estropeamos.

Te hice daño, tú a mi también... Derramé un mar de lágrimas, no sé tú... Te veía con ella, hacía que no me importaba, pero en realidad me mataba por dentro.

Pasado el tiempo, hicimos que nos olvidamos el uno del otro... Pero en el fondo, sabíamos que lo nuestro no había acabado. Y así hasta ahora.

Sabía que en nuestra historia aún no había un fin escrito, y sé, que quedan muchos capítulos por escribir, porque ahora que te tengo otra vez junto a mí no te pienso soltar así como así.

Porque jode que seamos tan inocentes,

nos quisimos como nunca y acabamos como siempre...